Canción para decir en la calle

Un día, siquiera, por semana

ensayemos el oficio humano:

 

Paremos el reloj,

ocultemos el calendario;

no abramos periódico ni libro,

ni escuchemos radio,

y tomemos un ómnibus cualquiera

que nos conduzca al campo.

 

Y una vez allí,

busquemos un sitio solitario,

entre pinos

y los álamos

a la vera del agua, si el arroyo

quiere ofrecernos su cristal cercano,

o en la abierta llanura donde el viento

galopa con los caballos.

 

Y vivamos,

sí, nada más,

vivamos,

mientras crece la luz, y la marea

de la savia asciende

por arterias de árbol;

vivamos,

mientras vuelan insectos, y las nubes

livianas y lentas como barcos

viajan al sur, y el aire

conduce pájaros;

sí, nada más,

vivamos

en reposo total como la hierba

que nos da su regazo

de vez en vez oyendo

el oscuro corazón del mundo

que late soterrano.

 

Sí, nada más,

vivamos,

solamente vivamos.

Antonio Esteban AGÜERO

de "Canciones para la voz humana"


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